¿Por qué algunos caballos cambian de color con la edad?

Esta es una pregunta que hacen frecuentemente nuestros lectores y la contestaremos con base en el libro “La Crianza del Pura Sangre”, escrito por el italiano Federico Tesio, una de las máximas autoridades a nivel mundial en cuanto a conocimiento del caballo.

El jinete, criador, entrenador y propietario de caballos de carrera, también conocido como “El Mago de Dormello”, nació en 1869 y falleció en 1954 a la edad de 85 años, por lo que pasó más de 60 años de actividad ininterrumpida en varias facetas del caballo.

Al plasmar en su libro sus observaciones sobre el tema del color de los caballos, Tesio afirma que el pelaje tordillo es el único que cambia con el tiempo.

Además, aclara que el color gris o tordillo no es una capa, sino una decoloración patológica de los dos únicos colores que él considera básicos: el colorado y el alazán, y afirma que es una extraña enfermedad de la pigmentación.

El color tordillo es considerado una enfermedad cuando comienza a aparecer a temprana edad (Foto: Alberto Gómez)

Herencia, pero no total

Esta enfermedad es hereditaria, pero no totalmente, pues dos padres tordillos producen un hijo tordillo, pero también tienen la posibilidad de procrear un alazán o de cualquier otro color.

También, uno de los padres tordillo, cruzado con otro de cualquier color, puede producir un tordillo o uno de color diferente.

Lo que sí es totalmente cierto, es que no nace un tordillo sin que alguno de sus padres sea tordillo.

Dos alazanes, por ejemplo, no pueden dar un tordillo aunque muchos de sus ancestros hayan sido tordillos, porque la enfermedad tiene la particularidad de ser transmitida solamente en forma directa de los padres al producto.

Explica que la melanina es el pigmento negro de las células de los vertebrados que produce la coloración de la piel y el cabello por una transformación química. Cuando ésta queda inactiva, el pelo se vuelve gris porque se le deja de transmitir color, lo que sucede a temprana edad, ya sea parcial o totalmente, y a medida que el caballo va avanzando en edad, el pelo se va volviendo blanco

“Senilidad prematura”

Tesio indica que la decoloración puede considerarse como una especie de “senelidad prematura” de la capa, pues es normal que algunos caballos de avanzada edad presenten en la capa cabellos blancos, pero es solamente en forma de enfermedad que estos comiencen a aparecer a temprana edad, haciéndose más y más numerosos de ahí en adelante.

En la raza humana sucede algo similar, pues los hombres o mujeres se ponen canosos cuando llegan a la madurez, pero cuando se presenta a temprana edad se considera anormal, dice Federico Tesio.

Invariablemente, el tordillo es casi colorado o alazán muy oscuro al nacer, pero los que están destinados a volverse tordillos presentan pelillos blancos atrás de las orejas. Aquí, dice Tesio, “es interesante hacer notar que en el humano los primeros cabellos en tornarse blancos están en las sienes”.

Dos variedades

Tesio afirma que los caballos tordillos son de dos variedades: los que tienen cabellos blancos sobre el colorado y sobre el alazán. La enfermedad del tordillo, o decoloración de la capa, afecta tanto a los que nacen colorados como a los que nacen alazanes, pero el porcentaje de colorados que la padecen es superior.

Todos los colorados afectados nacen con capa particularmente oscura y los pocos alazanes que se vuelven tordillos casi siempre son de un color alazán muy oscuro.

La enfermedad del tordillo afecta principalmente a los que nacen colorados o alazanes, pero es mucho mayor el porcentaje de colorados que cambian de color

Los más oscuros

Por lo tanto, dice Tesio, “podemos concluir que las capas más oscuras están más expuestas a la enfermedad, y lo mismo sucede en los humanos, donde los de pelo oscuro son los que se ponen más canosos”.

Para reafirmar esta apreciación, Tesio pone como ejemplo el de una yegua alazana que se volvió tordilla. Ésta al cruzarse con caballos alazanes produjo hijos alazanes que no heredaron la enfermedad, pero al cubrirse con un semental colorado bastante oscuro, el resultado fue diferente, pues el producto heredó la enfermedad y se volvió tordillo, como la madre.

Con base en lo anterior, Tesio concluyó:

1.-Vemos que la madre alazana oscura que se volvió tordilla al ser afectada por la enfermedad, tuvo productos alazanes al aparearse con un semental alazán. Esto es lógico porque dos alazanes darán siempre un alazán. Sin embargo, los productos pudieron haberse convertido en tordillos si hubieran heredado la enfermedad de su madre, pero no fue así.
2.-Al aparearse esa misma yegua con un semental colorado oscuro, dio hijos que fueron colorados oscuros al nacer, pero al poco tiempo se pusieron tordillos porque heredaron la enfermedad de la madre, comprobando que es más probable que el tordillo aparezca más en colorados que en alazanes y en capas oscuras más que en claras.
“Por lo tanto, es evidente que el tordillo es un mal y no un carácter mendeliano como sostienen muchos libros”, concluye el famoso caballista italiano.